Desear y necesitar no son sinónimos. Conocer la diferencia es clave para el liderazgo efectivo de nuestros equipos.
¿Qué hay detrás del deseo de un trabajador de tener un coche de empresa? ¿O de obtener un ascenso? ¿O de tener siempre la última palabra en las reuniones?
Las personas deseamos infinidad de cosas: una buena casa, un buen coche, viajar, que nuestros hijos estudien en el extranjero, el vestido o la joya que acabo de ver en el escaparate, cenar en un restaurante de lujo, darme un masaje, acudir a un Spa pero ¿lo necesito o simplemente lo deseo?
Porque no es lo mismo desear que necesitar.
Si nos fijamos en los niños no paran de pedir cosas, constantemente están deseando el juguete nuevo que acaban de ver en un anuncio o que tiene su amiguito, una bolsa de chuches o ir a la feria. Si les dejáramos, estaríamos constantemente satisfaciendo sus deseos porque son como un pozo sin fondo.
A los adultos nos sucede algo similar ya que el ser humano es insatisfecho por naturaleza
Tengamos presente que aunque seamos adultos, seguimos teniendo nuestro niño interior, esa vocecita que nos está pidiendo que la satisfagamos constantemente con aquello que más nos guste: la ropa, los dispositivos de última generación, la buena comida, los viajes, el ocio,…Y es nuestra parte adulta la que tiene que poner freno a ese deseo ilimitado del niño interior porque, de lo contrario, acabaríamos siendo comparadores compulsivo o arruinados.
Conocer la diferencia entre desear y necesitar es muy importante para poder identificar qué necesidad hay detrás de ese deseo
La necesidad siempre hace referencia a algo mucho más profundo del ser humano. Por ejemplo, cuando un niño nos pide que le compremos la camiseta de Messi no nos está pidiendo ropa para jugar al fútbol sino que nos está pidiendo que satisfagamos su necesidad de parecerse a su ídolo y de que sus amigos le admiren.
De la misma manera cuando una persona desea un coche, el hecho de que se compre un utilitario, un deportivo o un coche de alta gama no está respondiendo a la necesidad de tener un vehículo para desplazarse de un lugar a otro sino que responde a la necesidad de destacar, de demostrar un determinado status socio-económico y de que sus familiares y amigos lo sepan y le admiren como una persona de éxito y con poder económico.
La necesidad es la motivación interna de la persona que normalmente queda oculta
Desear un apartamento en la playa puede cubrir necesidades distintas según la persona. Para una puede suponer tener un lugar en el que veranear y disfrutar del mar y para otra puede implicar una demostración de poder económico y una necesidad de reconocimiento.
Desear y necesitar en el mundo de la empresa

Por tanto, cuando alguien desea algo y nos lo pide es importante que estemos seguros de qué necesidad está queriendo cubrir porque si necesita satisfacer carencias emocionales, entraremos en una espiral en la que nunca tendrá suficiente provocando dinámicas disfuncionales que acabarán afectando al buen funcionamiento del equipo y comprometiendo a la empresa.
Como líderes tenemos que tener muy clara esta distinción y saber identificar cuándo detrás de un deseo hay una necesidad psicológica. Por ejemplo, en el supuesto que os comenté anteriormente, el del trabajador que quiere tener siempre la última palabra, su deseo de protagonismo está escondiendo una necesidad de reconocimiento, tal vez porque no se sienta suficientemente valorado por una inseguridad propia.
Asimismo, un trabajador que constantemente está formulando deseos: aumento de sueldo, coche de empresa, un despacho más espacioso,… nos tenemos que preguntar qué significan para él o ella todas estas cosas: ¿está pidiendo algo que realmente le corresponde por el trabajo que desempeña y el cargo que ostenta, o bien está buscando ser admirado por sus compañeros y “presumir” ante sus familiares y amigos o, por el contrario, está reclamando reconocimiento por parte de la empresa?
Como expliqué en mi artículo; “¿Qué es el hambre de reconocimiento?”: “Una vez la persona tiene cubiertas las necesidades más básicas; es decir, tiene asegurado el alimento, un techo y se siente seguro y protegido, por tanto, aquellas que tienen relación con aspectos físicos, buscamos satisfacer nuestras necesidades emocionales”
Lo que expreso como deseo posiblemente puede esconder una necesidad
Abraham Maslow en su obra “Una teoría sobre la motivación humana” explica la pirámide las necesidades humanas y cuáles son las motivaciones de las personas que se esconden tras los deseos.
En mi trayectoria profesional me he encontrado que en el origen de muchos conflictos y dinámicas disfuncionales está la falta de reconocimiento de esa necesidad no cubierta del trabajador y formulada como deseo.
El líder que no conoce la naturaleza humana y la teoría del reconocimiento puede interpretar el deseo de ese trabajador como un mero capricho o un abuso y denegarlo sin más puede generar un comportamiento disfuncional porque a falta de reconocimiento positivo, siempre buscamos reconocimiento negativo.
Poder distinguir entre lo que significa desear y necesitar requiere líderes enfocados en las personas, conocedoras de los fundamentos de la naturaleza humana que sepan entender que mueve y motiva a los diferentes miembros de su equipo y que sea capaz de tener una comunicación sincera con los mismos.