Aunque nos pueda resultar chocante, las palabras no sólo describen nuestra realidad, sino que también la crean pues el impacto que tienen en nuestro subconsciente es mucho mayor del que creemos.
¿Cuantas veces te has dicho que no ibas a conseguir aquel empleo que tanto deseabas y te has bloqueado en la entrevista? ¿A cuántos proyectos has renunciado porque te dices que no eres capaz? ¿No consigues hablar con fluidez inglés porque te dices que lo tuyo no son los idiomas?
Supongo que en más de una ocasión has oído que los límites te los pones tú, pues es una afirmación totalmente cierta. El principal motivo por el que no conseguimos nuestros objetivos está en nuestra mente, en todo aquello que nos pensamos de nosotros mismos y que constantemente nos estamos diciendo en un diálogo interno que nos resta confianza y seguridad en nosotros mismos.
Si te dices que no puedes, no vas a poder
El poder de las palabras y su relación con nuestra autoestima
Pensamos que las palabras sólo tienen una función descriptiva y, por ese motivo, las usamos sin ser conscientes del gran poder que tienen y el gran impacto que pueden llegar a producir tanto en nosotros mismos como en la persona que la escucha.
¿Qué pasa si a un niño o niña le estás diciendo constantemente que es torpe y que no sabe hacer nada bien? ¿Qué imagen se formará de sí mismo? ¿Cómo se enfrentará a los exámenes? ¿Y a una entrevista de trabajo? ¿Cómo serán sus relaciones personales?
Las palabras las utilizamos para todo, para pedir las cosas, para preguntar algo que no entendemos, para expresar cómo nos sentimos, para hacer amistades nuevas, para vender nuestros servicios o productos, para conseguir un trabajo, cuando nos enfadamos, cuando intentamos resolver un conflicto… ¿Os habéis fijado que forman parte de nuestra vida y que las utilizamos en todas nuestras interacciones con los demás? ¿Os habéis parado a pensar cuántas palabras usamos al día para relacionarnos con los demás?
Pero las palabras no sólo las utilizamos para hablar con los demás, nosotros también mantenemos un continuo diálogo interno que puede capacitarnos o limitarnos. ¿Te has parado a analizar el mensaje subliminal de las palabras que te dices a ti mismo? ¿Crees que te apoyan o que te hunden? ¿Eres tu mejor amigo o tu peor juez?
La calidad de las palabras que escuchamos y que usamos impactan directamente en nuestra autoestima y, por tanto, en nuestra autoconfianza
Las palabras que debes desterrar de tu diccionario
Palabras como problema, crisis, fracaso, equivocación, defecto, preocupación, inútil desastre, incapaz,…. forman parte de nuestro día a día y las usamos constantemente sin ser conscientes de su gran carga negativa. Te propongo un ejercicio, repitelas en voz alta de manera consciente y fíjate en cómo te sientes. ¿Te capacitan o te limitan? ¿Ganas o pierdes confianza en ti mismo?
¿Y qué pasa si sustituyes estas palabras por otras como reto, desafío, oportunidad, aprendizaje, aspecto a mejorar, algo de lo que ocuparme,…? ¿Cómo te sientes ahora?
Las palabras influyen en nuestro estado de ánimo y, por tanto, en nuestra toma de decisiones y en nuestra proactividad
Si me digo que tengo un problema que me preocupa y que soy incapaz de solucionarlo, ¿qué pensáis que voy a hacer? Me quedaré lamentándome de lo desgraciada que soy, adoptando un papel de víctima y de queja que me va a alejar cada vez más de mis objetivos.
Si en la misma situación me digo que me enfrento a un nuevo reto del que tengo que ocuparme y que me brinda posibilidades de aprendizaje y de desarrollar nuevas habilidades, ¿qué pensáis que va a suceder? Que me sentiré entusiasmada y motivada, mi mente se activará y estimularé mi creatividad, buscando mil maneras de enfocar la situación y de encontrar oportunidades que me permitan pasar a la acción y conseguir mis objetivos. Mi mente estará abierta a nuevos aprendizajes, a probar cosas nuevas, a salir de su zona de confort y a evolucionar. Y todo ello, no sólo me permitirá alcanzar mis metas sino que me habrá aportado nuevas experiencias y conocimientos que podré utilizar en un futuro. Me sentiré bien conmigo misma, realizada y con mayor confianza y seguridad en mi misma.
Y la diferencia entre la primera y la segunda situación tiene su origen en las palabras que he utilizado. Llegados a este punto, ¿alguien duda de la gran importancia que tienen las palabras que utilizamos?
Tips para que las palabras te ayuden a crear la realidad que deseas:
- Sé consciente de tu diálogo interior, fíjate en qué palabras utilizas y en cómo éstas te hacen sentir
- Evita palabras negativas como desastre, inútil, preocupación…tanto en tu diálogo interno como en las comunicaciones con las demás personas.
- Busca palabras que te capaciten y te hagan sentir bien contigo mismo
- Evita generalizaciones como Todo, Siempre, Nunca, Nada. Frases del tipo “Nada me sale bien”, a parte de que si te paras a analizarlo es del todo imposible, pueden dar al traste con nuestra autoestima y autoconfianza
- Cuida la manera en que te explicas la realidad. Si te fijas, una misma situación puede ser interpretada por dos personas de manera totalmente distinta en función de las palabras que utilicen porque todos lo pasamos por nuestro propio filtro.
Y recuerda una simple palabra puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso. De ti depende la calidad de las palabras que escoges pronunciar.
Si quieres que te ayude a ser consciente de tu diálogo interno y a desaprender para aprender a desarrollar un pensamiento y comunicación más positiva, puedes apuntarte a mi formación en liderazgo profesional. En esta formación que puedes realizar online con un seguimiento y asesorías totalmente personalizadas conseguirás desarrollar un pensamiento positivo y una actitud proactiva que te permitirá conseguir tus objetivos tanto personales como profesionales. Recuerda que todo liderazgo profesional está sustentado en un liderazgo personal. Asimismo, puedes consultar las distintas formaciones que imparto en el Coaching Transaccional Institute que dirijo.El camino hacia tu éxito empieza en la calidad de tus pensamientos.