Según el Instituto Nacional de Estadística, un 50% de los empresarios españoles padece estrés y un 79% está preocupado por las consecuencias que tiene para su salud física y emocional
Vivimos en una sociedad en la que hemos normalizado el padecer estrés. De hecho, es una palabra que se escucha en numerosas conversaciones “Estoy estresado”, “No puedo más, me siento desbordado” y es que vivimos en una vorágine continua con un sinfín de estímulos, de obligaciones y en la que “todo es para ayer”.
Pero el estrés es un problema que tenemos que tomarnos muy en serio porque tiene importantes repercusiones en nuestra salud tanto física como emocional. En mi artículo Tips para gestionar el estrés te explicaba por qué el estrés es perjudicial para tu salud ya que puede provocar: insomnio, problemas gastrointestinales, dolores de cabeza, taquicardias, ansiedad,….
Asimismo, el estrés disminuye tu capacidad de concentración y tu rendimiento, afectando también tu capacidad de tomar decisiones.
El estrés es una amenaza no solo para tu bienestar y calidad tu de vida sino también para tu desempeño profesional y la gestión de tu negocio
El efecto cascada del estrés
El estrés puede provocar un efecto de cascada que ponga en peligro el futuro de tu empresa principalmente por tres motivos:
- Cuando estás estresado, tomas peores decisiones que te llevan a obtener peores resultados, lo que aumenta tus niveles de estrés que, como hemos visto, son los causantes de tu mala toma de decisiones, por lo que las te sentirás más abrumado e la hora de decidir sobre el rumbo a seguir, por lo que entras en una espiral descendiente en la que vas encadenando malas gestiones que afectan a tu negocio.
- La irritabilidad es uno de los principales efectos del estrés, te sentirás más nervioso y no tendrás la paciencia necesaria para gestionar los malentendidos o pequeños conflictos que puedan surgir en el día a día de tu empresa. Cualquier imprevisto, cualquier retraso,… puede hacer que pierdas los nervios y te enfades provocando tensión y un mal ambiente de trabajo.
- Las emociones son contagiosas. Si tú estás tenso y estresado, al final ese estado de ánimo negativo se acabará extendiendo por el resto del personal y eso repercute negativamente en la motivación y el desempeño de la empresa.
¿Por qué padecemos estrés?
Ya comenté en el artículo que te mencioné anteriormente, que existen dos tipos de estrés. El estrés positivo que aparece ante una demanda externa que nos exige una mayor concentración o dedicación y, por tanto, nuestro organismo se activa para dar respuesta a esa necesidad de un plus de energía.
Pero, el problema surge cuando ese estrés se sostiene en el tiempo y se cronifica dando lugar al estrés negativo y a toda la sintomatología que lo acompaña, comprometiendo nuestra salud, nuestras relaciones y nuestro rendimiento.
Mucho se habla de que el estrés es una de las principales causas de bajas laborales pero poco se dice que los empresarios y altos ejecutivos también padecen estrés y muchas veces lo hacen en silencio, agravando la situación.
El estrés del empresario
La crisis económica derivada de la pandemia de la Covid 19, la incertidumbre constante en la que estamos viviendo, la necesidad de estar adaptándose a los constantes cambios en cuanto a seguridad y restricciones, los recortes, el tener que tomar decisiones cada vez más difíciles,…. está haciendo mella en el bienestar emocional de los empresarios.
“El estrés se configura como uno de los principales trastornos a vencer por parte del empresariado español”, afirma Carlos Martínez, profesor y director de IMF Business School
En el ideario colectivo, vemos al empresario como una persona fuerte, resiliente, acostumbrado a tomar decisiones difíciles y a trabajar bajo presión. Incluso, en algunas ocasiones, lo vemos como alguien desconectado de sus emociones, distante, racional y calculador.
Como coach puedo asegurar que eso es un estereotipo cultural que está bastante alejado de la realidad. En mi artículo La soledad del empresario recojo testimonios de varios empresarios que nos hablan de su día a día y nos acercan a su vertiente humana desmitificando mucho de los tópicos que existen acerca de las personas que están al frente de una empresa.
Si bien es cierto que los empresarios están más acostumbrados a lidiar con la incertidumbre y a trabajar bajo presión, ello no significa que no sufran estrés y más aún en circunstancias como las actuales en las que las exigencias del entorno laboral superan su capacidad de hacerles frente o mantenerlas bajo control.
La escuela de negocios IMF Business School realizó una en la que se revela que “los ejecutivos españoles son los sextos más estresados del mundo y los segundos de Europa, precedidos por los griegos”
Según el Ministerio de Sanidad, los síntomas más referidos por los empresarios españoles son: sueño, nerviosismo, dificultad para concentrarse, agotamiento, náuseas y palpitaciones.
A pesar de que los datos son alarmantes, según la Asociación Española de Especialistas en Medicina de Trabajo tan solo el 26% de las empresas han adoptado medidas para reducir el estrés
¿Qué puedes hacer como empresario para prevenir y reducir tus cargas de estrés?
En primer lugar, tomar conciencia de que el estrés es un problema serio que puede comprometer tu salud, afectar a tus relaciones familiares y también poner en peligro el funcionamiento de tu empresa.
A continuación te comparto algunos consejos que te serán de utilidad:
- Aprende a relativizar los problemas
- Planifica las tareas a realizar
- Escoge tus prioridades
- Delega en tu equipo
- Céntrate en el presente
- Busca un equilibrio entre tu vida profesional, familiar y personal
- Haz deporte a diario
- Respeta las horas de descanso
- Come de manera equilibrada
- Practica técnicas de relajación
- Habla de lo que te preocupa y de cómo te sientes
- Aprende a gestionar tus emociones
- Acepta la imperfección
- Dedícate tiempo a ti mismo
Y, sobre todo, ten presente que los empresarios de éxito, como tú, tienen a un coach o mentor que les ayuda a gestionar toda la carga emocional que conlleva un puesto de tanta responsabilidad porque ser empresario no es algo fácil sino que requiere dar lo mejor de uno mismo en cada momento desde la excelencia y la templanza y es algo que requiere un gran proceso de desarrollo personal.