La gran renuncia es un movimiento que nace en Estados Unidos y que se está extendiendo rápidamente por otros países, en los que los trabajadores renuncian a sus puestos de trabajos
La gran depresión, la gran recesión,… y ahora estamos ante la gran renuncia o resignación, un movimiento por el cual los trabajadores de manera masiva dejan sus puestos de trabajos, poniendo en peligro el funcionamiento normal y el futuro de muchas empresas. Una fuga de trabajadores que se ha acelerado a raíz del Covid 19 y que obliga a las organizaciones a replantearse sus sistemas de trabajo.
El término Gran Renuncia (Great Resignation) se atribuye a Anthony Klotz, quien se refirió a él para predecir un éxodo voluntario masivo de la fuerza laboral en lugar de tener que volver a su anterior puesto de trabajo.
En Estados Unidos este fenómeno muestra cifras que deberían alarmar a las empresas: Casi cuatro millones de trabajadores, equivalentes al 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus puestos de trabajo en abril pasado: la cifra más alta desde que se comenzó a llevar este registro en el año 2000,
Pero el movimiento de la gran renuncia que nació en Estados Unidos se ha ido extendiendo por distintos países como Canadá, Países Bajos y actualmente también en España.
Como coach con una amplia trayectoria realizando mentorías y formaciones a empresas, llevo muchos años concienciando de la importancia de trabajar el reconocimiento y el salario emocional, fomentando el bienestar y la felicidad de los trabajadores porque como bien dice Tood Davis: «Un trabajador feliz, es un trabajador comprometido con la empresa». En mi artículo ¿Por qué un trabajador va a escoger tu empresa? explico que el talento son profesionales conscientes de su valía y, por tanto, exigentes con la organización en la que trabajan.
De hecho, durante la pandemia, cuando muchas empresas tuvieron que pedir una dedicación extra a sus equipos con mayor flexibilidad, más horas de trabajo o aceptar renunciar a una parte de su sueldo para evitar despidos, las organizaciones que tuvieron una respuesta más favorable por parte de sus equipos fueron aquellas que tenían incorporada en su cultura organizacional el cuidar a sus plantillas, que tenían políticas de conciliación, de formación y promoción, de valoración del trabajo,… ¿Por qué? Los trabajadores se consideraban partícipes del proyecto empresarial y estaban dispuestos a asumir sacrificios por la organización ya que ésta los reconocía como parte de la misma.
En cambio, las empresas a los que la pandemia les «pilló sin los deberes hechos», sin haber implementado el salario emocional y políticas dirigidas al bienestar de sus trabajadores tuvieron una peor respuesta de sus equipos pues no sentían ningún tipo de compromiso con la organización.
Por ello, no es de extrañar la aparición del movimiento de la gran renuncia y situaciones sorprendentes e inimaginables como que empresas en Canadá y otros países se encuentren que no pueden cubrir los puestos de trabajo y, no solo los menos cualificados, sino también en puestos de responsabilidad.
Comparto un vídeo en el que podemos ver como empresas de Canadá ofrecen dinero a personas que recomienden a profesionales que estén dispuestos a aceptar una oferta de trabajo. Una situación inédita y chocante que dice mucho de la gran crisis que está atravesando el mercado laboral y que invito a ver para hacer una reflexión sobre qué tipo de modelo empresarial queremos.
¿Qué factores hay detrás de la gran renuncia?
No podemos identificar un factor único que esté provocando el movimiento de la gran renuncia, pero sí un denominador común: la pandemia de la Covid19
Desde el punto de vista psicológico, sabemos que cuando las personas viven experiencias estresantes relacionadas con la muerte o enfermedades en sus vidas, les lleva a crisis existenciales en las que se cuestionan sus vidas. Preguntas como ¿Realmente soy feliz con la vida que tengo? ¿Cuál es mi propósito? ¿Me siento realizado con el trabajo que desempeño? ¿Qué valores son importantes para mi, estoy alineado con ellos? Todas estas reflexiones les llevan a introducir cambios en sus vidas.
El trabajo es algo muy importante en nuestras vidas porque le dedicamos muchas horas de nuestro día. A raíz de la pandemia, son muchos los trabajadores que se están replanteando qué significa el trabajo para ellos al mismo tiempo que valoran más el tiempo que pasan con su familia y seres queridos.
La gran renuncia supone buscar trabajos en los que se sientan más realizados, más acordes con sus valores personales, poner en marcha proyectos propios, buscar un equilibrio entre la vida personal y profesional, sentirse más valorados; en definitiva, sentir que sus vidas tienen un propósito.
Principales factores causantes de la gran renuncia:
Un reciente estudio de la empresa Gallup confirmó que existe una «tasa de abandono asombrosamente alta» y un récord de vacantes en todas las categorías laborales que abarcan desde los empleos presenciales de servicio al cliente, hasta puestos de profesionales altamente calificados.
- El sentimiento de muchos trabajadores que no se han sentido «cuidados» por sus empresas durante la pandemia, viéndose obligados a ir a trabajar poniendo en riesgo su salud y la de su familia.
- Darse cuenta de que el teletrabajo es una opción que no reduce la productividad y que facilita la conciliación hace que muchas personas no deseen volver a una empresa que no les ofrece la posibilidad de seguir trabajando desde sus casas.
- No sentirse valorados ni reconocidos por sus empresas, lo que hace que se replanteen su relación con la organización.
- La falta de beneficios sociales y condiciones laborales que faciliten la flexibilidad, la conciliación y la promoción de los trabajadores.
- El sentimiento de alienación de los trabajadores que no se sienten partícipes de la organización.
- La búsqueda de un sentido a la propia existencia.
- El período de la pandemia les ha dado un tiempo para reflexionar sobre su vida personal y profesional y darse cuenta de lo que realmente quieren y valoran en sus vidas.
- Han descubierto que su trabajo realmente no les satisface.
- Salarios demasiado bajos.
- Profesionales con el síndrome burn out que sienten que sus empresas les han exigido mucho en un momento tan difícil como la pandemia de la Covid19.
¿Qué futuro tiene el movimiento de la gran renuncia: acabará o ha venido para quedarse?
Preguntado al respecto, Klotz afirmó: «Creo que mucho de eso va a depender de lo que aprendamos sobre quién está renunciando, por qué están renunciando y cómo responden las empresas (…) Con suerte, un lado positivo de esta horrible pandemia sería si el mundo del trabajo pasara a un lugar más saludable y sostenible para el bienestar de los empleados»
Como coach pienso que estamos ante una oportunidad de redefinir el modelo empresarial y que las empresas se equivocan si, como en el caso de Canadá; se limitan a ofrecer incentivos económicos para conseguir recomendaciones de profesionales para así poder cubrir las vacantes. Eso es una manera de tapar y parchear un problema mucho más profundo que no podemos obviar.
Los profesionales cada vez son más conscientes de su valía y de que ellos también tienen algo que decir en todo lo que se refiere a las condiciones laborales, han dejado de ser sujetos pasivos para convertirse en agentes activos que buscan promover un cambio de mentalidad.
Por ello, las empresas que sean capaces de entender que las reglas del juego ya no son las de antes, serán las que lideren el cambio, poniendo el foco en las personas, ofreciendo una mayor flexibilidad en términos de trabajo remoto e híbrido y fomentando el salario emocional. Sólo ellas serán capaces no sólo de reclutar trabajadores de forma global, sino también de atraer y de retener el talento.