Las personas tenemos la capacidad de elegir nuestra actitud ante cualquier situación que nos suceda en la vida
A lo largo de mi trayectoria profesional como coach he comprobado que la gran mayoría de las personas piensan que pueden controlar lo que les ocurre y se vuelven muy perfeccionistas, rígidas, inflexibles y controladoras. Esta actitud les genera una gran tensión emocional constante y mucha frustración y sufrimiento cuando suceden imprevistos.
Tenemos que aceptar que no podemos controlar lo que sucede porque la realidad es la que es pero sí podemos decidir cómo interpretamos y respondemos a lo que nos sucede.
La actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestra vida. Nosotros elegimos los colores
Es evidente que a lo largo de nuestra vida nos enfrentamos a situaciones difíciles (desempleo, crisis personales, pérdida de seres queridos, enfermedades,…) que nos generan emociones de tristeza, rabia, impotencia, frustración,… Y esas emociones son legítimas, es normal que las sintamos porque pensar que siempre hemos de estar contentos y alegres es una falacia pero sí que tenemos la capacidad de decidir cómo enfocamos y gestionamos nuestras emociones y las situaciones que estamos viviendo.
Tu actitud condiciona tu realidad
Hace tiempo leí una frase que es una gran verdad. Decía: «Vemos las cosas no como son sino como tal y como somos nosotros». ¿Qué significa? Quiere decir que todo lo que nos sucede lo interpretamos según nuestras experiencias y vivencias anteriores.
Tu actitud es la que marca la diferencia
Como he comentado antes, la realidad es objetiva y es la que es pero si les preguntamos a varias personas sobre esa misma realidad, cada una de ellas la interpretará y la vivirá de manera distinta en función de su actitud. Pongamos un ejemplo, dos personas 45 años con la misma experiencia profesional y cargas familiares pierden su trabajo. La realidad objetiva: el desempleo es la misma para ambas pero cada uno tiene lo que se llama su realidad subjetiva.
Una lo puede vivir como una catástrofe y pensar que no va a encontrar un nuevo trabajo, que no va a poder pagar la hipoteca con lo que va a perder su casa y lamentarse de su mala suerte y de lo que le pueda suceder a su familia y la otra lo puede vivir como una gran oportunidad para reinventarse a nivel profesional, para emprender aquel proyecto con el que siempre había soñado, para abrirse a nuevas posibilidades.
Como vemos, la diferencia entre ambas personas está en la actitud con la que enfrentan la situación, La primera lo hace desde una actitud de pesimismo y victimismo y la segunda desde una actitud optimista y proactiva.
Diferentes tipos de actitud

Podemos diferenciar tres tipos de actitud en función de las reacciones de las personas ante los problemas y retos que enfrentan:
- Actitud pesimista: La persona que siempre ve el «vaso medio vacío» que se centra en los problemas, que no confía en su capacidad para salir adelante ni en el futuro. Ante las dificultades de la vida, adoptará una actitud de queja y de victimismo, culpando a los demás y/o a las circunstancias de lo que le sucede y nunca se responsabilizará de su vida, esperando que llegue alguien que le solucione sus problemas. Son personas con poca autoestima y escasa confianza en si mismas.
- Actitud falsamente positiva: Aquellas que «siempre ven el vaso lleno, e incluso a rebosar». Se muestran alegres en todo momento y rechazan emociones como la tristeza o la rabia a las que tachan de negativas. Pero su actitud es pura fachada y muy infantil porque niegan la realidad. Como he comentado antes, en la vida nos suceden situaciones desagradables y trágicas que, por mucho que queramos negar, están ahí y requieren nuestra atención porque nos tenemos que ocupar de ellas para seguir avanzando. En el ejemplo que ponía de quedarse sin trabajo, de nada sirve negar esa realidad, seguir como si no pasara nada o confiar en que el problema se solucionará por un golpe de suerte, Las personas que caen en la trampa del falso positivismo son personas alejadas de la realidad que se niegan a crecer y responsabilizarse de sus vidas por miedos e inseguridades.
- Actitud optimista: Son personas que «ven el vaso a veces medio lleno y a veces medio vacío»; es decir, son realistas y saben que a veces la vida es maravillosa pero que a veces la vida también puede ser muy dura y, por tanto, es normal e incluso sano experimentar rabia, tristeza, miedo, impotencia,… porque es imposible que siempre todo nos vaya bien. Son personas conscientes de que no siempre les sale estar contentos y aceptan todas sus emociones. Se caracterizan por tener una buena autoestima, ser seguras de si mismas y confiar en el futuro, focalizándose no en los problemas sino en las soluciones.
Tanto la actitud pesimista como la falsa positiva son perjudiciales porque no nos responsabilizamos de nuestras vidas. Es tan infantil adoptar el rol de víctima como pretender estar contento siempre negando la realidad.
Las personas emocionalmente sanas son las que mantienen una actitud optimista, se permiten sentir las mal llamadas emociones negativas (tristeza, miedo, rabia,… ) pero también sienten amor, alegría, confianza, porque como he afirmado en más de una ocasión, se puede ser feliz y estar triste o enfadado. Esa tristeza o enfado es un estado emocional que responde a una situación que estoy viviendo pero que no empaña mi manera de ser, mi actitud ante la vida que es de felicidad, agradecimiento, optimismo.
La actitud que tu tienes es la que tu quieres
La actitud optimista no es un don o algo con lo que algunas personas han tenido la suerte de nacer, es algo que tú eliges en tanto que es tu responsabilidad y algo en lo que puedes trabajar, Tú eliges en cada momento la actitud que quieres tener.
En consulta me he encontrado personas que me dicen: «Cuando las cosas me vayan bien, tendré una actitud positiva» Eso es totalmente infantil e inmaduro porque la vida funciona al revés tienes que tener una actitud optimista y proactiva para que las cosas te vayan bien, tienes que dar lo mejor de ti mismo, sonreír, ser amable, perseguir tus sueños, ser entusiasta, pasar a la acción, para atraer todo lo positivo a tu vida. Cuando tienes esa actitud provocas que todo vaya mejor, desprendes un carisma que genera confianza en los demás y te abre numerosas posibilidades.
Una actitud positiva causa una reacción en cadena de pensamientos, sucesos y resultados positivos
Una actitud optimista y proactiva te ayudará a conseguir tus objetivos. Por tanto, elige en cada momento qué actitud escoges tener si la de queja y victimismo o la de confianza y agradecimiento y ten muy presente que hay actitudes que te roban tu vitalidad Cuando te haces responsable de tu actitud, estás liderando tu vida y decidiendo tu presente y futuro.
Muy interesante, ademas me aclara la posicion del positivo, que no conocia al falso positivo.
Gracias por tu comentario. Como bien dices, es poco conocida la postura del falso positivo como el de la falsa autoestima. En ambos casos se adopta un «personaje» para disimular las propias inseguridades, miedos o carencias emocionales. Un cordial saludo,