La indefensión aprendida es un estado mental en el que la persona piensa que no es capaz de hacer frente a una situación por las experiencias del pasado.
La indefensión aprendida es una teoría elaborada durante los años 70 por Martin Selligman. En un principio, fue usada para explicar el comportamiento animal, pero posteriormente, ha servido para explicar muchas de las conductas humanas, sobre todo cuando se incorporó la teoría de la atribución.
Selligman comprobó que después de someter a los animales a varias descargas eléctricas sin posibilidad alguna de escaparse, llegaba un momento en el que el animal ya no intentaba huir aunque tuviera la jaula abierta ya que había aprendido a sentirse indefenso y, por tanto, ya no hacía nada por evitar la descarga. Ese es el origen de la teoría de la indefensión aprendida.
La indefensión aprendida es la sensación subjetiva de no poder hacer nada aunque existan oportunidades reales de cambiar la situación adversa
Según Selligman, el animal no tiene ninguna conducta de afrontamiento porque ha asociado los intentos de huida con resultados negativos, llegando a la conclusión de que, por mucho que lo intente, no logrará escapar. De esta manera, desiste. Ha aprendido a sentirse indefenso.
La indefensión aprendida en el comportamiento humano
Lo que empezó siendo un estudio con animales, pasó a convertirse en una teoría que explicaba muchos de los comportamientos humanos al incorporarse el concepto de atribución.
¿Qué es el concepto de atribución?
Las personas aprendemos a sentirnos más o menos indefensos en función de a qué factores atribuimos nuestra «supuesta incapacidad». Si los factores son más estables y generales, nos sentiremos menos capaces de afrontarlos que si son puntuales. Por ejemplo, no es lo mismo, una crisis económica que tener un mal día.
Asimismo, la teoría de la atribución también está relacionada con el locus control; es decir, donde pongo el foco a la hora de interpretar la realidad. Si el locus control es interno e interpreto que mis fracasos son debidos a una incapacidad propia, afianzaré más la indefensión. Por ejemplo si pienso que soy tonto y no tengo suficientes habilidades para conseguir un buen puesto de trabajo, esa creencia me mantendrá en una posición de indefensión en la que ni siquiera me daré la más mínima oportunidad para intentarlo, resignándome a una vida que no me satisface.
¿Qué es la indefensión aprendida y qué factores la provocan?

La indefensión aprendida es un estado mental en el que la persona se siente incapaz de poder hacer frente a una situación adversa aunque existan posibilidades reales de poder cambiarla. Tiene su origen en una sensación subjetiva de pérdida de control debida a que, en el pasado, ha tenido que soportar situaciones difíciles a las que no podía enfrentar y salir.
Las experiencias del pasado le han hecho convencerse de que no es capaz de superar las adversidades y hacer que las cosas le vayan bien. De alguna manera, la persona se ha creído que no tiene recursos y en su interior se siente impotente para conseguir aquello que desea. Por tanto, deja de intentarlo y se resigna a una vida mediocre, colocándose en un rol de víctima.
La indefensión aprendida nos lleva a la resignación
A lo largo de mi trayectoria profesional, he trabajado con muchas personas que se situaban en una posición de indefensión. Los motivos pueden ser variados: situaciones de violencia como el bullying, la violencia de género, el mobbing en las que la víctima se ha convencido de que no puede hacer nada para defenderse y salir de esa situación.
Pero también hay puedo contaros situaciones que, a simple vista, pueden resultar menos traumáticas como las de aquellas que crecen con miedo al castigo, con carencias afectivas, en un entorno inseguro, sintiéndose inferiores porque sus padres las comparan continuamente o les exigen demasiado o les hacen comentarios negativos del tipo «eres muy torpe», «no conseguirás nada en la vida», «no sé para qué te esfuerzas si eres un inútil», «eres un debilucho»,…
Todos estos mensajes van calando en nuestro interior y son el origen de las creencias limitantes que configuran nuestro diálogo interno y que hacen que nos autosaboteemos: tenemos miedo al fracaso y si intentamos algo para lo que no nos sentimos capaces, no lo logramos, reforzando nuestra creencia inicial de que no somos válidos. Eso hará que la próxima vez ni lo intentemos, confirmando nuestra imposibilidad.
Entramos en un bucle negativo que sólo hace que reforzar nuestra indefensión aprendida
La persona no puede o no sabe defenderse o sobreponerse a las adversidades e incluso puede llegar a pensar que no merece ser feliz. Piensa que no tiene ningún control sobre su vida y que se encuentra a merced de las circunstancias, lo que le genera un profundo sentimiento de desamparo y desesperanza.
Aspectos de la indefensión aprendida:
- Motivacional: la persona deja de tener ilusiones propias y se deja llevar por las opiniones y criterios de los demás
- Emocional: la persona piensa que como las situaciones adversas y su sufrimiento no van a desaparecer haga lo que haga, se instala en una desesperanza y tristeza, resignándose a una vida de sufrimiento
- Cognitiva: la persona tiene pensamientos muy negativos y pesimistas, no siendo capaz de buscar soluciones y alternativas a su situación
¿Cómo salir de la indefensión aprendida?
- Ser consciente de tu diálogo interno para ver cómo te explicas los sucesos que ocurren en tu vida
- Poner el locus de control en el exterior y no en el interno; es decir, atribuir la causa de lo que te sucede no a tu persona sino a las circunstancias. No es lo mismo decir «Soy un desastre hablando en público y por eso la gente no me entiende» que «Es difícil que la gente me entienda cuando hay tanto ruido ambiental»
- Evitar las generalizaciones como «Todos se ríen de mi», «siempre me sale todo mal», «nunca lo conseguiré»,…
- Cuando te suceda algo que consideres «negativo», explícalo evitando cualquier juicio de valor o interpretación. Cíñete a los hechos y sé puramente descriptivo.
- Confronta tus creencias negativas para sustituirlas por otras que te hagan sentir más capaz
Superar la indefensión aprendida requiere su tiempo y mucha implicación por tu parte porque tienes que desaprender para aprender nuevas formas de pensar y de interpretar la realidad que te sean más favorables. Si eres constante y confías en que lo lograrás, pronto empezarás a ver cambios en tu vida.