Tus miedos son los que te separan de tus sueños y objetivos. ¿Cuántas veces te has propuesto determinadas metas o cambios en tu vida y los has abandonado por miedo a lo desconocido?
Son muchas las personas que se proponen emprender determinados proyectos que les ilusionan o incorporar nuevos hábitos en sus vidas y acaban por no hacerlo porque piensan que fracasarán, muchas veces, sin apenas haberlo intentado. Están convencidos de que no lo lograrán, que será muy difícil, que arriesgan mucho y desisten antes de empezar.
¿Por qué les sucede esto? Sus miedos profundos las ha paralizado porque tienen pánico de salir de su zona de confort. Temen a lo desconocido y se sienten seguras llevando una vida predecible porque piensan que así tienen el control.
¿Por qué eres prisionero de tus miedos?
Desde pequeños se nos ha inculcado una determinada manera de vivir y sobre todo, una creencia de lo que se considera una vida estable y segura: estudiar una carrera universitaria para conseguir un buen trabajo en una empresa que nos proporcione estabilidad económica para tener una casa, casarnos y tener hijos.
Esa creencia de seguridad se transmite de generación en generación, convirtiéndose en la zona de confort y dejando poco margen para lo desconocido, el riesgo, la aventura, explorar nuevas posibilidades y, en definitiva, para crecer tanto a nivel personal como profesional.
A lo largo de mi experiencia profesional como coach, he trabajado con muchas personas que se sienten prisioneras de sus miedos. Explican que llevan una vida que no les gusta pero que no se atreven a cambiar porque se sienten “seguras” y se resignan a llevar una vida que no les satisface.
En resumen, tienen miedo a lo nuevo que les puede aportar la vida.
Quieren mantenerse en su zona de confort por miedo al cambio pero al mismo tiempo sienten una profunda tristeza y rabia porque sienten que han renunciado a sus sueños y proyectos, lo que les provoca mucho sufrimiento.
“Las cosas más maravillosas que ofrece la vida están al otro lado de tus miedos” Will Smith

Cuando eres prisionero de tus miedos…
- Dejas atrás tus sueños
- Te sientes infeliz con la vida que llevas
- No te sientes realizado en tu trabajo pero no sabes cómo reorientar tu carrera profesional
- Sientes que no tienes tiempo para tus aficiones
- Estás irritable porque te sientes frustrado
- Te resignas pensando que cuando te jubiles podrás hacer aquello que realmente te gusta
Te das cuenta que tu zona de confort al mismo tiempo que te da seguridad se ha convertido en tu prisión
En aras de esa supuesta seguridad, muchas personas se mantienen en trabajos en los que no se sienten realizados, en relaciones tóxicas y en situaciones que les provoca infelicidad.
¿Cómo liberarse de los miedos?
- Ser consciente de que estos miedos al cambio son irracionales y desproporcionados porque no hay un peligro real y objetivo para nuestra supervivencia.
- Averiguar cuál es nuestro diálogo interno y qué creencias están detrás de nuestros miedos.
- Visualizar cómo sería nuestra vida sin esos miedos: a qué nos dedicaríamos profesionalmente, dónde viviríamos, con qué personas estaríamos, cuáles serían nuestras aficiones, qué haríamos en nuestro tiempo de ocio,…
- Prestar atención a las emociones que nos genera el imaginarnos la vida que deseamos
- Fijarnos en las emociones que sentimos cuando confrontamos la vida que llevamos con la vida que deseamos y utilizarlas como motor para el cambio
- Ir expandiendo progresivamente nuestra zona de confort incorporando pequeños cambios para ganar confianza en nosotros mismos
- Busca personas que sean casos de éxito para que sean tu referente y te inspiren en tu proceso de cambio
- Cambia tu interpretación de la realidad: Nuestra interpretación de lo que sucede es subjetiva y está sesgada por nuestras experiencias pasadas. Ser consciente de ello, te ayudará a no repetir asociaciones y patrones mentales negativos
- Cuida tu diálogo interno, la manera en la que te hablas te puede paralizar o motivar. Sustituye los “no puedo”, “no soy capaz”, “nunca lo conseguiré” por frases capacitadoras.
- Presta atención a tu postura corporal y adopta una que te empodere y te haga sentirte seguro de ti mismo
- Deja de lado los malos hábitos como la pasividad, la vida sedentaria, la mala alimentación y sustitúyelos por otros que te aporten energía y vitalidad
Tu miedo termina cuando tu mente percibe que es ella la que crea ese miedo. Alejandro Jodorowsky
Con mi Método Lidera tu Vida podrás liberarte de tus miedos más profundos porque trabajamos las creencias que los generan, siendo consciente de tu diálogo interno para empoderarte y ganar autoconfianza.