La pareja muchas veces se convierte en un espejo de nuestras carencias emocionales y buscamos en ella llenar nuestro vacío interior
Nuestra sociedad nos ha educado en el mito del amor romántico mostrándonos una imagen de la pareja idealizada como una relación que nos va a colmar de felicidad y de bienestar.
De esta manera, ponemos todas nuestras esperanzas en nuestra pareja haciéndola responsable de nuestra felicidad. Por ello, cuando empiezan los problemas en las relaciones, tendemos a culpar al otro. Tenemos muy claro en qué tiene que cambiar para que la relación funcione y nos resulta muy complicado darnos cuenta de que parte de responsabilidad tenemos nosotros en el deterioro de la convivencia.

Muchas personas se separan con la esperanza de que con otra persona, la relación de pareja funcionará mejor. Y se sorprenden cuando se encuentran con problemas similares en las que lo único que ha cambiado es el interlocutor. No entienden que la solución a los problemas de pareja no pasa por culpar al otro sino por responsabilizarse de si mismos y de su propia felicidad.
Tenemos que abandonar la fantasía de una pareja ideal, de alguien que llena todas nuestras carencias emocionales y nos satisface plenamente
¿Por qué se genera la dependencia emocional?
Uno de los factores más dañinos para las relaciones de pareja es el mito del amor romántico, la idea de la media naranja. Dos personas que se unen para formar una sola. En ese ideario está la base de la codependencia emocional
Bajo esa perspectiva, muchas personas esperan de sus parejas que les resuelvan sus problemas. Están convencidas de que su relación les va a dar un sentido a sus vidas, les va a aliviar su sufrimiento, les va a devolver la felicidad,..
Las expectativas que ponen en la pareja son tan elevadas y tan poco realistas que cuando no se cumplen, culpan al otro de que no las quieren, se sienten abandonadas, rechazadas, traicionadas y acaban odiando a la pareja. Se consideran víctimas y en las posteriores relaciones, repetirán el mismo patrón porque la pareja no está para resolvernos la vida.
Cada uno tiene que responsabilizarse de su propia vida y resolver sus problemas, sin esperar que lo haga la pareja
La pareja tiene que se concebida como un espacio para compartir y para hacer un proyecto de vida juntos, para crecer, para divertirnos, para poder expresarnos tal y como somos, para aprender a reconocer aquellos aspectos que tenemos que mejorar, para poder descubrir la mejor versión de cada uno de sus miembros.
Como comento muchas veces en las sesiones de pareja, la pareja no son dos medias naranjas que se unen para formar la naranja entera sino son dos seres completos que no se necesitan para sobrevivir ni para llenar sus vacíos, sino que deciden compartir el camino,
La pareja siempre se construye desde la decisión de compartir y no desde la necesidad de llenar carencias
6 causas que te hacen ser emocionalmente dependiente de tu pareja:
Una persona es emocionalmente dependiente porque tiene una serie de carencias emocionales que necesita llenar y las proyecta en su pareja, demandándole una atención desproporcionada y mostrando un miedo irracional a perderla.
Por tanto, puede manifestar inseguridad, celos, chantajes emocionales, pensamientos irracionales, necesidad de controlar a la pareja, discusiones,… estableciendo relaciones tóxicas.
Cuando una persona es emocionalmente dependiente, siempre tenemos que analizar qué ha sucedido en su infancia para que se hayan producido esos vacíos emocionales que intenta satisfacer con la pareja, en la que normalmente proyecta la figura paterna o materna.
Veamos las principales causas:
- Falta de amor y cuidado
- Padres ausentes
- Rechazo y abandono
- Progenitores negligentes
- Abusos físicos, emocionales o sexuales
- Problemas de adicción en la familia
Para que una persona no tenga carencias emocionales tiene que haber crecido en un entorno en el que se haya sentido querida, segura y protegida, lo que le permite construir una relación de apego con sus padres. Ese vínculo de amor es desde el que se construye una autoestima sólida y un sentimiento de merecimiento que hará que sea una persona adulta que se sienta plena y segura de si misma.
Entre las distintas causas mencionadas hay algunas mucho más graves que otras como los abusos, las adicciones y el abandono, pero todas ellas dejan una carencia emocional. En el caso de padres ausentes, poco cariñosos o negligentes, el niño o la niña va a sentir que no merece ser querido, que no es suficientemente bueno para sus padres, sintiéndose rechazado por ellos.
Esta creencia y sentimiento de rechazo y no merecimiento acompañará a la persona a lo largo de su vida y buscará en sus parejas ese amor, atención y cuidados que no recibió en su infancia, volviéndose alguien muy dependiente a nivel emocional porque la relación de pareja no se construye entre iguales sino entre una persona con un niño herido que busca esa figura paterna o materna que tanto necesita.
Cómo superar la dependencia emocional
El primer paso para superar una dependencia emocional es ser consciente de ello y después trabajar en la historia familiar para sanar las heridas del niño o niña interior y empezar a crear las bases para una buena autoestima.
Es un proceso que lleva su tiempo pero que resulta muy liberador para la persona al dejar ese sufrimiento interno y poder construir relaciones satisfactorias.