Según un estudio realizado por Cigna Corporation, el 71% de los españoles reconocen tener estrés y casi 9 de cada 10 trabajadores describen sus puestos de trabajos como “ambientes deprimentes”
El burn out hace referencia a un trastorno emocional que se manifiesta con elevados niveles de ansiedad y de depresión, provocando un alto número de bajas laborales. Popularmente, se conoce como el síndrome de estar quemado en el trabajo y tiene su orígen en el ámbito laboral, principalmente por malas relaciones en el trabajo, un elevado nivel de exigencia, poca autonomía, falta de reconocimiento, escasa formación para desempeñar las tareas asignadas, etc. Todo ello genera elevados niveles de tensión emocional y de estrés que acaba cronificándose, generando un sentimiento de impotencia y de frustración que pueden desencadenar sentimientos de desesperanza y depresión.
Es por ello que el burn out, aun teniendo puntos en común con el estrés, va más allá pues nos encontramos ante un trastorno mucho más grave por sus consecuencias sobre la salud tanto física como emocional de la persona. Podemos definir el burn out como la respuesta extrema al estrés crónico que padece la persona derivado de su puesto de trabajo.
La persona que sufre estrés todavía tiene capacidad de adaptación a la situación y, por lo tanto, un cierto margen de maniobra para poder cambiarla. Pero cuando la persona llega al punto de burn out la invade un sentimiento de desesperanza ya que se siente incapaz de cambiar la situación. Siente que “ya no puede más”, pudiendo aparecer cuadros depresivos e incluso ideas de suicidio.
¿Qué pasa si no actuamos a tiempo?
Tenemos que tener en cuenta que, aunque el burn out está estrechamente relacionado con el estrés, es un proceso que se va agravando de manera progresiva si no se adoptan medidas para gestionar y reducir el estrés y así prevenir el desgaste físico, mental y emocional del trabajador.
Si no tomamos las medidas adecuadas de prevención y tratamiento, el burn out puede afectar gravemente a la persona, mermando su autoestima, disminuyendo sus niveles de concentración, imposibilitando la toma de decisiones y su capacidad de gestión, incluyendo las tareas más sencillas. En procesos más avanzados, acabará afectando también a sus relaciones familiares y personales, pudiendo llegar al abuso de psicofármacos, alcohol o drogas para paliar los sentimientos de frustración e impotencia.
¿Cuáles son los síntomas del burn out?
Tiene síntomas comunes con el estrés pero más graves y persistentes en el tiempo. Entre ellos, podemos destacar:
- Agotamiento físico, mental y emocional
- Fatiga crónica
- Falta de concentración
- Nerviosismo e intranquilidad
- Insomnio
- Tensiones musculares
- Dolores de cabeza
- Problemas digestivos
- Somatizaciones de diversa índole
- Taquicardias y palpitaciones
- Irritabilidad
- Apatía
- Pérdida de ilusión, dejando de hacer actividades de ocio y de relacionarse con familiares y amigos
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones
- Baja productividad
- Pérdida de autoestima y confianza en uno mismo
- Absentismo laboral
- Sentimientos de fracaso, frustración, impotencia y falta de merecimiento
- Depresión
- Pérdida de la ilusión por vivir
¿Qué causas generan el síndrome del burn out?
- Factores personales:
- Las personas inseguras, con baja autoestima, con una inadecuada gestión emocional y baja tolerancia a la frustración tienen una mayor predisposición a sufrir burn out.
- Las personas excesivamente perfeccionistas, que quieren tenerlo todo bajo control y que no saben delegar o desconectar del trabajo y que no mantienen un equilibrio entre su vida laboral, personal y familiar también son más susceptibles de padecer el síndrome del trabajador quemado.
- Factores de la organización:
- Mal ambiente entre los compañeros de trabajo, situaciones de mobbing, acoso laboral,..
- Falta de liderazgo por parte de los superiores.
- Trabajo muy exigente con sobrecarga de actividades o que no se respete el horario del trabajador o las pausas de descanso.
- Falta de reconocimiento por el trabajo realizado o los logros conseguidos.
- Una inadecuada comunicación de las tareas a cumplir, los objetivos a conseguir o los valores de la empresa.
- Poca cohesión y motivación entre los miembros del equipo.
- Falta de formación a los trabajadores sobre las habilidades necesarias para desempeñar las tareas asignadas.
- Sentimiento de no pertenencia.
- Trabajo monótono en el que el trabajador no puede desarrollar su creatividad, iniciativa y autonomía.
Prevención y tratamiento del burn out
Una vez diagnosticado el burn out, se tiene que que facilitar al trabajador ayuda profesional para reducir los niveles de estrés, ansiedad y depresión.
Por lo que respecta a la prevención y dada la gravedad del burn out para la persona que lo sufre y el coste económico para la empresa por las bajas laborales que supone, es conveniente que las organizaciones implementen programas de prevención que favorezcan el bienestar físico, mental y emocional de los trabajadores, tal como afirma Ana Romeo, Directora de Recursos Humanos de Cigna España: “ el bienestar mental, tan relevante en estos días, no recibe la atención que merece (…) El desarrollo de programas que prioricen el bienestar general, así como el aumento de las tasas de participación, debe ser el objetivo de las empresas si desean prosperar, minimizar las bajas por enfermedad y retener a empleados comprometidos y altamente motivados”.
En las formaciones de gestión del estrés que ofrezco a las organizaciones realizo un abordaje integral para aprender a identificar los factores estresores, desarrollar un pensamiento más positivo e incorporar hábitos que favorezcan la relajación y la adecuada gestión emocional para reducir los niveles de estrés y sus consecuencias sobre la salud tanto física como emocional de los directivos y trabajadores.